Producir, ahorrar recursos e intercambiar
La interacción y las sinergias son la clave del éxito para la autosuficiencia.
Aspirar a la autosuficiencia como autonomía personal o colectiva es un codiciado sueño que se puso de moda en España con los neorrurales de los años 60 y 70, precursores de la simplicidad voluntaria, que hoy vuelve a cobrar sentido en parte debido a la crisis económica que padecemos a nivel mundial.
Volver a la tierra y conseguir la autonomía a base de consumir lo producido por los individuos que forman la comunidad se consigue a través de prácticas como la construcción autónoma, la permacultura, la agricultura ecológica, la utilización de energías renovables y el intercambio de bienes y servicios.
Gracias a publicaciones como la revista Integral que propugnaban la vuelta a la tierra, la vida sana y la autosuficiencia aprendimos la diferencia entre pobreza forzada y vida simple, entre consumo y simplicidad voluntaria.
John Seymour fue una figura influyente en el movimiento de autosuficiencia en España.
Su libro “La vida en el campo” conocido como el vademecum hippie fue el responsable del movimiento neorrural caracterizado por su rebeldía contra el consumismo, la industrialización, los organismos genéticamente modificados, las ciudades y los automóviles y por la defensa de la ecología, la responsabilidad personal, la producción local y el cuidado de la tierra.
Esta forma de vivir con simpleza, que no pobremente, se puede desarrollar plenamente en las ciudades dónde cada día más ciudadanos se organizan para crear otra forma de vivir y relacionarse basada en la producción local en hacer cosas caseras y en el intercambio de bienes y servicios o en el desarrollo de iniciativas como las monedas locales.
En esta sección encontrará cómo hacer productos caseros